sábado, 6 de agosto de 2016

PERON Y LA QUEMA DE LAS IGLESIAS



Mucho se ha vertido acerca del incendio de varias iglesias porteñas, secuela del criminal bombardeo a Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955, que en muchas ocasiones se le atribuye la responsabilidad al propio Juan Domingo Perón.

Para mayor comprensión del mismo, se ofrecerán tres testimonios de distintas fuentes: “La calle estaba cubierta de víctimas gratuitas“, cuenta el entonces militante nacionalista José Luis de Imaz en Promediados los cuarenta. Me encerré en mi casa, cobarde. Fue entonces cuando incendiaron las iglesias. Hacía meses que estábamos esperando eso. Desde mucho tiempo atrás se sabía de la existencia de grupos de choque, de los que se decía que estaban adiestrados por un comisario retirado.”

“Al caer la tarde del día 16 (de junio), comandos peronistas incendiaron varias iglesias del centro de Buenos Aires. La Curia Metropolitana fue destruida, las sacristías saqueadas, el mobiliario y las estatuas destrozados con ensañamiento, “narra Alain Rouquié en Poder militar y sociedad política en Argentina, 1943—1973—. ¿Violencia simbólica que respondía a la rebelión de los marinos o etapa en la escalada contra la Iglesia y nueva réplica a los incidentes del 11 de junio? Nadie lo sabía, y la actitud del presidente después de la seria advertencia que acababa de recibir no era propicia a la venganza sino al apaciguamiento.”

“La violencia del 16 de junio, debe señalarse, no se redujo a los hombres uniformados. Activistas civiles participaron en ella en ambos bandos , “señala Robert Potash en El Ejército y la política en la Argentina—, y en verdad fue el peligro de que civiles armados pudieran irrumpir e incendiar el Ministerio de Marina lo que instó al ministro a iniciar su rendición ante las tropas del Ejército. Inclusive después del fin de las hostilidades, elementos civiles, sin que la policía lo impidiera, quemaron y saquearon varias iglesias, entre ellas los edificios históricos de Santo Domingo y San Francisco, además de la Curia Metropolitana. Aunque Perón negó ser responsable de estas depredaciones (y existen ciertas pruebas de que hizo un esfuerzo para impedirlas), el simple hecho de que ocurrieran contribuyó a deteriorar más su imagen ante los ojos de muchos ciudadanos.”

“Cuando esta investigación referida al incendio de las iglesias— llegó a su término, fue archivada. Al producirse el derrocamiento de Perón, las carpetas con todos las documentaciones fueron halladas en una oficina estatal, pero sus conclusiones se desestimaron porque sindicaban como responsables de los incendios a una logia masónica ligada a los revolucionarios”, puntualiza la extinguida revista Primera Plana en su edición del 14 de enero de 1969. En consecuencia, una investigación inédita en Argentina, proveniente de otro militante nacionalista, Guillermo Patricio Kelly, señala al propio vicepresidente almirante Alberto Tessaire como responsable, dado que era integrante de la logia en cuestión, y su jefe de prensa no era otro que el inefable Bernardo Neustadt.

 

Por: Fernando Paolella

Periodista y Escritor.

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